Tocamientos cachondos
Sin temor a equívocos, el estado más rastacuero (¿existe la palabra?), por ahora, y uno de los que ha lanzado a la fama la proverbial sutileza mexicana del ridículo (no tenemos fronteras en materia de hacer reír a los demás), además de los donativos a la iglesia y mentadas de madre a los ciudadanos por el jalisciense número uno (perdónenme por favor), el sin par presidente municipal de Guanajuato (ciudad patrimonio de la humanidad por la UNESCO), ha trascendido todo límite fronterizo. Me entero por la columna amiga The Mex Files , que la genial idea de Romero Hicks (pregunta: ¡el apellido nada tiene que ver con la onomatopeya de los borrachos?) de prohibir los besos no fraternales o paternales, sino aquellos que tienen cierto tufo diabólico como los que nos propinamos los humanos en plan amoroso, cachondo, sabroso, entusiasta o de plano eroticón con tocamientos perversamente obscenos, ha llegado a las páginas del Herald Tribune . Me da una envidia que su nombre pase a las páginas del...