San Pancracio y la dignidad
Hay países con ferrocarril y, por supuesto, hay países como México que lo han desaparecido, o convertido en un medio explotable sólo por aviesos intereses extranjeros. Existe una relación directa entre el ferrocarril y el desarrollo (puras erres dobles) y eso parece que los ingleses lo están aplicando con toda sapiencia. La estación de San Pancracio (Saint Pancras, sharply spell in british, not in gringo), se reinaugurará en unos días y ello parece augurar algunas cosas interesantes: uno, por la arquitectura tan notable de la estación, que ya es mucho, o quizás demasiado; y otro porque se abre con la conexión del tren rápido al continente prescindiendo, in-te-li-gen-te-men-te, de la fast food y brindando la calidad de las bebidas y comidas creativas: no Macdonalds, no burguer kings, no gringadas. ¡Y vaya que eso es mucho para los ingleses!!
¿Sería imaginable una estación de esas que ahora subsisten en México como las del Chihuahua- Pacífico o en el Tequila Express, sin cocacolas o sin fast food o comida (y bebida) chatarra? ¡¡Por supuesto que no!!
Para que nos demos cuenta de los avances de la colonización cultural tan chafa que sufrimos, baste ver (y padecer) alguno de esos viajes en donde la oferta no es la dignidad alimentaria local, sino la chatarra comercial que brinda la estupidez mexicana: papitas, colas, grasas y harinas... la comida y bebida local brilla por su ausencia y, ¡todavía los empresaurios quieren atraer turismo! Del tequila que se ofrece en el ídem express, mejor no hablar: o el tequila marca x o el tequila marca x, no hay alternativas.
La calidad es una opción de lujo que no se ofrece en México y no porque no exista, sino porque no se aprecia lo que realmente vale. Los ingleses que saben que la calidad no tiene nacionalidad, ofrecen champage en St Pancras; los mexicanos que saben que la calidad no tiene nacionalidad ofrecen escuer o cocacola. ¡Valiente desarrollo!
La estación en proceso de reconversión
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