Arrogancia o estupidez

Buenas maneras
Como las autoridades no nos dejan mucho qué entender, al menos de la forma deficiente en la que se administra la ciudad de Guadalajara, nosotros vamos perfilando algunas hipótesis (producto de las acciones que están haciendo) del hacer ciudad que tiene la actual administración municipal tapatía, abocada a demostrar que en el tema de la participación social lo importante es que una cúpula decida. El caso es que ya se ha iniciado, con gran seguridad de que no hay alternativa más que la del dedo ejecutor, la decisión de construir la ya famosa Villa Panamamericana en la periferia del Parque Morelos. Por hora se ha abierto el concurso de proyectos arquitectónicos para llevar a cabo el numerito principal.


Lo prescindible para el ayuntamiento






Con los mismos signos ominosos, con la misma actitud arrogante con la que se cocinó la Plaza Tapatía en tiempos de Flavio Romero de Velasco, en pleno boom petrolero, ahora se hace lo propio con la segunda edición del error urbano más atroz de los últimos cincuenta años en el centro histórico de la capital de Jalisco: se prepara el terreno para que sobre él experienten amateurs en urbanismo y en manejo de centros históricos.


¿Por qué amateurs? Porque si tomamos en cuenta los efectos negativos reales de la renovación urbana de la plaza Tapatía, es evidente que quien no tome en consideración los errores del pasado entonces no hay aprendizaje de la experiencia que significó el desastre urbano provocado por la destrucción ejecutada, a principios de la década de los 80, de un centro histórico abandonado a su suerte y con procesos de deterioro tal vez, pero rico en patrimonio y en vida social y económica, y sustituido por el mamotreto ridículo que hoy es. Quienes apuestan ahora por la realización en la zona aledaña de ese desaguisado, seguramente no pueden llamarse profesionales en la materia.

La verdad es que no se necesita sino un poco de sensibilidad para ello: basta admirar las horrendas formas con que se integró la plaza arrogante a todo lo que le rodea. Admirar la forma desintegrada de los nuevos y modernos implantes que deformaron e hicieron impersonal la zona afectada por la falta de transición e integración de la moderna chafada, o fachada, si gustan, con lo que le rodea. La más auténtica arrogancia urbana, un puñetazo a los tapatíos. La avenida Hidalgo en el tramo afectado es una de las más espantosas de toda la ciudad. ¿Los modernos émulos de la Tapatía lograrán resolver este golpe.

Vista inmejorable de una ciudad deseable




Y entonces nos percatamos que en materia de participación los vecinos de la zona del Parque Morelos que se oponen se silencian, se les deja de lado, se les falta al respeto porque no son los grandes inversionistas que vendrán. El presidente municipal los desdeña, como lo que son para él. Entonces nos damos cuenta real de que el tema no es local, sino internacional y con ello se abre la posibilidad de llegar a las demandas más arriba. Pero, ¿será posible que el presidente haya pensado en dejar que las cosas no se resuelvan, se atrasen, y entonces hacer la chicanada de argumentar "ya ni modo, tenemos el tiempo encima"? En seguida, y en las fotos previas, testimonios gráficos de lo que pronto desaparecerá.
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