Progreso en Jalisco norteño

Se está tratando de construir la carretera que une a Huejuquilla el Alto con Bolaños, ambos en el Jalisco ignorado y desconocido, pero como siempre, ese tipo de infraestructura atiende a principios más puramente mercantiles que de índole social o de desarrollo real de las comunidades que se suponen beneficiadas. Así que ahora quienes se han percatado de los efectos nocivos del impacto que ello significa, han levantado la voz: los indígenas wirrárikas que se oponen a lo que ya ha sido costumbre de parte de los dueños del país y de los derechos de todos nosotros: el abuso y la falta de consulta, la imposición y, por supuesto la premodernidad antidemocrática. Y como exponente máximo nuestro gober preciso, preciso: los va a convencer de las bondades de la carretera porque de esa manera serán beneficiados ampliamente. ¿Quién le dice a ese señor que el beneficio se da en automático en los sitios donde llega una carretera? Para muestra sólo hace falta ver la historia de daños que ha pasado Bolaños desde que llegó la carretera en los años 80: destrucción del entorno urbano tradicional., invasión de nuevos materiales de construcción, daños a la naturaleza, desarrollo de la extracción de recursos naturales como la caza y la tala de maderas... en fin un número notable de afectaciones que no han sido aún medidas en un país que no suele medir consecuencias de prácticamente ninguna acción de impacto que emprende.


Una muestra es la residencia del expresidente de Bolaños (2004-2007) quien la construyó justo como remate de fealdad en un sitio privilegiado de la ciudad minera del siglo XVIII afectada ahora por la mediocridad de su arquitectura como bien muestra esta notable residencia que hace homenaje al mal gusto y la prepotencia de algunos pobres funcionarios públicos. Y encima de todo, nada se logró hacer para detener ese atentado gracias a la complicidad de muchas autoridades, entre ellas la propia presidencia municipal, a cargo del susodicho personaje de triste memoria. Y como la educación y cultura no es el fuerte de una población sin escuelas, sin estímulos para valorar el patrimonio, o medios que les abran los ojos a la participación, a la crítica y a la defensa del bienestar y la democracia, pues ahí está el resultado. En la foto se ve el remate visual de la arquitectura más estúpida jamás construida en un sitio de las dimensiones de esta ciudad minera, un real de minas hasta hace poco bien conservado de la destrucción y de la mediocridad gracias a que no tenía carretera.

Y eso mismo parece ocurrir en todas las poblaciones a las que llega el "progreso". Sucede en todo el mundo, sí, pero sucede de manera indeseable en donde no hay respeto por la naturaleza, la cultura o por la sociedad misma y de lo que se trata es la explotación per se. Eso pasará en Bolaños con la carretera a Huejuquilla, a no dudarlo. Eso sucede en Guadalajara con la nueva versión de la plaza tapatía y eso pasará siempre que no haya el menor grado de respeto por la sociedad que habita este país. Pero nosotros lo permitimos... a ver qué pasa!!!!

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