Guadalajara, Teotihuacán y laicos

Como muchos de los escenarios de la ciudad de Guadalajara, el centro, que también es histórico aunque haya personajes (y funcionarios municipales), que no comprendan el término técnico de referencia, la intromisión de Díaz Morales, otro Díaz en el siglo XX mexicano, significó la pérdida de la nobleza urbana de la capital de Jalisco. Sólo nos quedan las imágenes fotográficas como consuelo de la pérdida y éstas son en todo lo que valen, la referencia a nuestro pasado y la posible referencia a lo que se debería hacer en el futuro. Dejo aquí la imagen de la avenida Juárez, con el cine Variedades al fondo (años 40), como referencia a esa misma parte de la ciudad antes de la desgracia urbanística provocada por Díaz Morales cuando se abrió la avenida del mismo nombre. Es un testimonio de un pasado irreversible; el daño está hecho y no nos quedan más que las imágenes. El problema es que esa costumbre innoble aún no desaparece ni con los pretendidos (y pretenciosos) estetas herederos de Díaz M. Nos encaminan hacia la mediocridad urbana con sus proyectos absurdos.

Teotihuacán forever.
Las opiniones sobre el espinoso asunto de la iluminación de las pirámides de la zona arqueológica abundan por estos días. Recomiendo los puntuales análisis de Bolfy Cottom (trabajador del INAH) sobre el aspecto jurídico de las actuaciones de las autoridades del INAH y sus repercusiones en la revista Proceso de esta semana. Me llama mucho la atención la acotación de Cottom sobre las instituciones culturales del país que hoy vivimos y que tienen "una explicación lógica, histórica, política e ideológica, y no se debe -llevados por la euforia del cambio y la globalización, cuyos efectos ya vimos- intentar modificaciones administrativas, legislativas o políticas copiando modelos externos en vez de preocuparse por la solución de los problemas nacionales." (Proceso, 18 de enero de 2009, p.59) Por esa misma reflexión es claro que lo que debe ocurrir es definir con precisión las atribuciones del director del INAH, de sus consejos y de sus áreas para contar en verdad con un reglamento de su Ley Orgánica que tanta falta hace para detener la simulación de que la institución realmente funciona. 
Ha sido un actitud de la actual dirección del INAH no avanzar en forma positiva hacia la definición de las funciones de la Institución; no es que no muestren interés, pero éste parece más centrado en obtener privilegios directivos y administrativos, comerciales y de índole política que privilegiar la normatividad, la legalidad y recoger las tradiciones nacionales más valiosas que el INAH mismo ha formado a lo largo de sus ya 70 años de existencia en la protección y conservación del legado cultural de México. Muy cierto lo que señala sobre la realidad que vivimos a diario los mexicanos: "... no es un problema de la Ley de Monumentos, sino una situación generalizada en la cual el discurso del estado de derecho está 'muy devaluado', las leyes se violan incluso deliberadamente y los litigios consisten en buscar los recovecos para no cumplirlas".
Mientras tanto, Teotihuacán está a la espera.

Laicidad
¿Cuál es la lacra histórica del estado laico? No entiendo a los jerarcas católicos que vienen a ilustrarnos de cómo debemos gobernarnos. El estado laico es un avance histórico de las sociedades para separar lo que es de este reino y lo que corresponde al del más allá: Francia, Inglaterra, Canadá, Australia, Estados Unidos... No puedo otorgar credibilidad a un funcionario extranjero que viene a decirnos que debemos tener educación religiosa en las escuelas. No,
 porque entonces no se respeta la ideología de cada quien, en caso de que una minoría se vea obligada a recibir educación religiosa que no desea para sus hijos. En mi desafortunado caso, resulta un tormento buscar una escuela laica para mi hijo, las públicas no ofrecen garantías de calidad (ni las privadas) aunque son laicas, y las privadas son dominantemente de orientación católica. 
Bertone dice que el presidente de Estados Unidos juró sobre la Biblia, sí; pero ese país se maneja con un laicismo desde siempre y el juramento es un aspecto simbólico que en nada interfiere en la conducción laica del país. Pero eso lo hacen allá, nosotros no somos gringos. Deberíamos coincidir en las realidades que ellos han logrado y no en las formas, en las superficialidades. Obama, a diferencia del simulador Calderón, señaló una verdad que éste último jamás comprenderá: "Una nación no puede ser próspera cuando sólo favorece a los ricos". Y eso que Obama no es para nada un socialista. Obama juró en la Biblia, Calderón en nada, sólo levantó la mano a la usanza fascista. ¿Alguien encuentra las diferencias? 
Hasta la próxima.

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