El México medieval


Algunas veces ese necesario que alguien nos recuerde en el tipo de país que vivimos, que alguien llegue y diga, "ándale, date cuenta, que viva México!". Y eso luego se repite incesantemente en muchos pasos cotidianos. Bien es sabida la actitud de los eres humanos sin distinción de nacionalidad, bien conocida la actitud perversa que adoptan las cúpulas del poder internacional, pero también conocida la actitud soberbia con la que actúan en su pequeñísima escala, algún policía, un funcionario público, un árbitro, un conserje. Ellos reproducen lo que desde muy alto se desprende como cascada hasta llegar a todos los rincones de la tierra.
El hecho reciente de ocultar, en la zona metropolitana de Guadalajara, el famoso estadio de atletismo y actuar siempre en lo oscurito, es ya una actitud demasiado frecuente en Jalisco.
Desde el proyecto en el centro histórico de las Villas Panamericanas, torpeza de alcances inconmesurables para la tontería humana, pasando por el Santuario de los Mártires (¿cuándo un Santuario para los Mártires de Pederastas?, diría Arturo Suárez), las presas de Acedaño y el Zapotillo, hasta las recientes instalaciones deportivas panamericanas de 2011, todo se ve opaco, oscuro, tenenbroso por decir lo menos.
Viendo las consecuencias de estar actuando en forma impune ante la sociedad, cualquiera con un poco de sentido social diría que eso no se sostiene y que pueden ser hechos aislados. No, no son aislados en absoluto. Son ya el comportamiento cotidiano de los actuales gobernantes de Jalisco.










La impunidad y el comportamiento de quien tiene mucho poder (o poco, pero con orgullo), es un signo muy claro que el Medievo no ha quedado atrás entre nosotros. Actitudes medievales como las de Alfonso Petersen, Juan Palomar y una caterva de personajes que desmantelaron una parte del Centro Histórico de Guadalajara y simplemente se fueron dejando atrás las mermas, las ruinas, el desastre inmobiliario y social. Eso, ¿a quién le importa si son los reyes, los señores feudales modernos que toman decisiones a pesar de todo y de todos? ¿Quién corregirá los desastres y el asalto al erario? La respuesta es muy clara: nadie, porque aquí en este país medieval los reyes y los lacayos de éstos son impunes.

Aposté en la peña de amigos con quienes suelo reunirme que Petersen no irá a la cárcel por haber desviado recursos, haber comprado a sobreprecio, tomar recursos federales etiquetados para otros fines y usarlo para hacer negocios particulares: comprar a precios elevados predios que al final de todo han quedado como mudos testigos de la ineptitud del munícipe y de sus acólitos, Palomar y asociados. Aposté una ronda de comida y bebida para por lo menos doce personas a que ninguno de esos personajes irían a la cárcel. Estoy seguro que ganaré: a nadie le pagaré ni una bebida siquiera.






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