Aún hay esperanza


Hablar de la realidad resulta a veces aburrido. Pero cuando la realidad supera la ficción, como dicen los cineastas, las cosas se ponen interesantes en cuanto que pareciera que uno vive en una eterna pesadilla.

Entre las declaraciones de gobernantes como Emilio González Márquez, de Jalisco, y las de Calderón o las de los prelados como Juan Sandoval, pocas cosas puede uno obtener para el bienestar de la mente. Sin embargo la esperanza existe: los mineros chilenos son rescatados de su encierro por un accidente a casi 700 metros bajo la tierra. El gobierno chileno (mal que bien, para quedar bien y ser político que se granjea simpatías) actuó con una gran responsabilidad. ¿El costo? más de 20 millones de dólares para lograr que 33 mineros vivan lo cual es más que justo y humano, por sobre todas las cosas.

Ha sido un acontecimiento mundial. Un júbilo universal que se extiende por todas partes y en las más diversas y disímbolas sociedades y países. Unos mineros son rescatados de las garras de la muerte por una respuesta responsable de todos, empezando por el gobierno, los empresarios, la sociedad chilena y la mundial.

¿Qué pasaría si esto sucediera también con el rescate de los sin techo, de los sin trabajo, de los sin comida ni salud...? El rescate de todos los seres que habitamos este planeta moribundo, puede darse sin necesidad de otra cosa que el ejercicio de la justicia social, de la responsabilidad de quienes tienen las riendas y que pueden impulsar la posible y soñada igualdad en los seres humanos.

No hubiera sido posible esto en México, país azotado por el mal gobierno y, por consecuencia, por el abuso de los poderosos sobre una sociedad desequilibrada, que trata de subsistir a duras penas y a pesar de los poderes fácticos, que han hecho de México un coto de los más tristes que ha habido en las últimas décadas del siglo XX y en la primera del XXI.

Pero por fortuna existen aún seres humanos que creíamos extintos sobre el planeta de la injusticia, sobre el mundo de la desolación y las guerras. A pesar del imperio y a pesar de las duras condiciones que venimos construyendo los humanos sobre el planeta, el sentido de la ética y el humanismo parecen reverdecer. ¿No sería posible tener más de esas noticias todos los días, o por lo menos una a la semana?

Hasta muy pronto en este blog, postergado por razones múltiples, pero que ahora retoma a sus pocos lectores.


La fotografía de los mineros en su cárcel del centro de la tierra, es cortesía de Associated Press. Gracias!

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