Qué bello país es mi país... lástima


He estado leyendo y enterándome por diversos medios que por estos días el presidente (dice él) de México está pidiendo que se hable bien de México. Dice por ejemplo, que habemos millones (de mexicanos quiero suponer) que somos positivos, que hablamos bien de este bello país. Las noticias que vienen del exterior en un mundo globalizado y que hablan de México, no lo hacen nada bien; debo suponer que para que hablen bien de este país ¿habrá que pagarles o pedirles que no den sólo las malas noticias? Creo que si nos colocamos fuera del ámbito nacional, la mayor parte de los periodistas del mundo (esos que señalan a México como el más peligroso para ejercer su profesión, superando a Irak), hacen su trabajo sin atender a las viejas prácticas que hemos tenido en este bello país (pero no exclusivo de él), en donde el que paga manda en materia de noticias. Las noticias de México son pesimistas, entendámoslo, porque la realidad así es.

El evidente y nítido ejemplo de Televisa, el monopolio televisivo que ha creado un país de ficción en las pantallas y que ha servido al poder que él mismo representa y ejerce, desde prácticamente el origen de esa empresa, es una realidad inocultable de cómo se manipula con imágenes y cómo se adormece a una buena parte de la población este bello país que tiene a una mafia en el poder a la que le interesa muy poco que una buena cantidad de su población esté informada y educada con suficiente criterio como para hacer su propia historia.
El señor Calderón pide que dejemos de ser demoledores de nuestra excepcional realidad, que ni siquiera una buena noticia aparezca y que las malas superen a las buenísimas. ¿En qué realidad vive ese señor?
Este bello país de una cultura muy fuerte y antigua, excepcional y en verdad lleno de largas tradiciones, de un paisaje natural en donde tenemos todos los climas del mundo, en donde la riqueza cultural de los pueblos indígenas es en verdad un orgullo (pero que sigue siendo la parte subalterna de la sociedad criolla o mestiza), con manifestaciones sociales que han dejado claro que existe una riqueza artística, creativa, original y reconocida, con hombres de letras y de científicos muy reconocidos pero que en los últimos 30 años han tenido que irse de aquí para poder trabajar porque aquí no hay apoyo a la ciencia o al arte y la cultura, a la creación. Este país bello y de enorme fuerza y riquezas no es, gracias a los gobiernos que hemos tenido en los últimos 30 años, aquel promisorio México que todo el mundo apostaba sería muy pronto un gran país no por su fuerza dominante o por invadir territorios, sino por su pujante economía y riqueza natural y social y porque su sociedad se inscribía en lo que el mundo reconoce como desarrollo social y humano de largo alcance.
¿Qué nos pasó? Yo no soy ni sociólogo ni economista, pero desde mi perspectiva propia veo un abuso del poder que en tres décadas ha destruido el sueño mexicano, el de todos los mexicanos que, amando a nuestro país, vemos cómo se nos cae de las manos, al que le salen los vicios añejos y los complejos de siempre, en donde la corrupción (que no ha dejado de existir) se apropia de todos los ámbitos de la vida nacional desde arriba hacia abajo y en donde la esperanza de poder vivir aquel sueño mexicano se desvanece. En donde se mata a los jóvenes, en donde se les condena a vivir una triste vida que no pueden aceptar porque la naturaleza humana no permite que los jóvenes piensen como viejos, porque es contra natura exigir a los millones de jóvenes que quieren hacer su vida y "forjar la patria", que se vean sometidos por falta de oportunidades a recurrir a otras vías poco afortunadas para vivir en el mundo que les toca con justicia vivir ya.
No creo que pueda ser Calderón el más autorizado para pedir que se hable bien de México, su actuación en este país será condenado por la historia y eso no tiene remedio ni para él, ni para nosotros. La revocación de mandato no la hemos podido lograr y por este camino de estulticia y pusilanimidad este bello país no podrá salir adelante: mucho daño ha hecho esta mafia para apoderarse de voluntades y del poder.
¿Hablar bien de México? Claro, hablar de los logros deportivos, científicos, económicos, en desarrollo humano, bienestar, salud, educación, trabajo... ¿qué dimensiones cerebrales se necesitan para poder pensar que debemos, nosotros los mexicanos, hablar bien de nuestro pobre país cuando eso no es verdad?

Me parece que el señor presidente quiere que sigamos viviendo del engaño en el que él nos ha metido.

Por estas y muchas más razones, yo en lo personal, no puedo hablar bien de este bello país al que amo y sufro, como lo hacen tantos mexicanos que no hemos podido transformar la realidad tan triste en la que estamos hundidos. Es demasiado pequeño el presidente para convencernos de que habla en serio.

Comentarios

Pegaso ha dicho que…
Por lo pronto, Arq. D´Regil, felicidades por este apartado..no lo conocía, sabia que tenias varios artículos y publicaciones, pero no del dominio publico. Saludos y un abrazo. Alfonso Cota

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