Las formas chafas
Resulta interesante darse cuenta que el control de la edificación en el centro histórico de Guadalajara no existe. Se puede construir todo tipo de basura urbana en el corazón de la ciudad sin ningún recato.
Por tomar un ejemplo: un almacén de telas se incendió el año pasado en una esquina muy emblemática de la ciudad. El inmueble quedó inservible. Se demolió. Como baldío ha estado por meses. Pero en estos días se está construyendo una bodega de características muy primitivas (digamos que para un país africano, con el respeto para ése continente, como en el que parece que se convierte México es normal), es decir, una obra que sin lugar a dudas hará que esta ciudad, futura sede de los taaan cacareados Juegos Deportivos Panamericanos, refleje lo retrasados que están sus reglamentos y las urbanos y las maneras de hacer las cosas: un propietario con dinero que desea usar su predio comercialmente pero que le vale madre la ciudad de la que se nutre su negocio.
Parece decir: -en realidad estos aborígenes me son útiles sólo para mi negocio y a cambio les voy a dar lo que merecen: mierda.
No puedo ir más allá de decir que se está configurando en el lugar una bodega que perfectamente podría estar en una ciudad de África o de cualquier pueblo desarticulado y sin pasado del mundo. Pero eso lo permiten las autoridades de manera natural, fácil y sin ningún rubor al respecto quizás porque no existe la crítica urbana, porque el silencio es la práctica común de los tapatíos o porque el dinero sigue siendo el elemento más barato de hacer una ciudad.
El debate no es menor. En la esquina de Morelos y Colón se está construyendo este bodrio cosntructivo con el visto bueno de la autoridad municipal como si en realidad la ciudad (y sus habitantes) mereciéramos eso.
Pregunto: ¿no sería importante, necesario, que se exigiera al propietario que hiciera un edificio a la latura del lugar? ¿Creen acaso las autoridades que esa esquina es la de cualquier coto de mierda que hay en la ciudad?
La respuesta la tendremos todos muy pronto, con ese almacén que, sin lugar a dudas, contribuirá ha hacer de Guadalajara, México, la ciudad más mediocre entre las principales de América.
Muy pronto les pasaremos las fotos de tan espectaculares resultados.
Por tomar un ejemplo: un almacén de telas se incendió el año pasado en una esquina muy emblemática de la ciudad. El inmueble quedó inservible. Se demolió. Como baldío ha estado por meses. Pero en estos días se está construyendo una bodega de características muy primitivas (digamos que para un país africano, con el respeto para ése continente, como en el que parece que se convierte México es normal), es decir, una obra que sin lugar a dudas hará que esta ciudad, futura sede de los taaan cacareados Juegos Deportivos Panamericanos, refleje lo retrasados que están sus reglamentos y las urbanos y las maneras de hacer las cosas: un propietario con dinero que desea usar su predio comercialmente pero que le vale madre la ciudad de la que se nutre su negocio.
Parece decir: -en realidad estos aborígenes me son útiles sólo para mi negocio y a cambio les voy a dar lo que merecen: mierda.
No puedo ir más allá de decir que se está configurando en el lugar una bodega que perfectamente podría estar en una ciudad de África o de cualquier pueblo desarticulado y sin pasado del mundo. Pero eso lo permiten las autoridades de manera natural, fácil y sin ningún rubor al respecto quizás porque no existe la crítica urbana, porque el silencio es la práctica común de los tapatíos o porque el dinero sigue siendo el elemento más barato de hacer una ciudad.
El debate no es menor. En la esquina de Morelos y Colón se está construyendo este bodrio cosntructivo con el visto bueno de la autoridad municipal como si en realidad la ciudad (y sus habitantes) mereciéramos eso.
Pregunto: ¿no sería importante, necesario, que se exigiera al propietario que hiciera un edificio a la latura del lugar? ¿Creen acaso las autoridades que esa esquina es la de cualquier coto de mierda que hay en la ciudad?
La respuesta la tendremos todos muy pronto, con ese almacén que, sin lugar a dudas, contribuirá ha hacer de Guadalajara, México, la ciudad más mediocre entre las principales de América.
Muy pronto les pasaremos las fotos de tan espectaculares resultados.
Comentarios