México y las oportunidades


Un novedoso remedio para los males que aquejan a este país es el de "convertir los riesgos en oportunidades". Pero para que ello pudiera pasar, sería necesario que el declarante pudiera tener inteligencia y además imaginación.
A nosotros se nos ocurre que pude ser muy interesante ilustrar el hecho de que en un callejón cualquiera, oscuro y sin salida, copados por un ladrón con pistola que amenaza quitarnos hasta la memoria, utilizáramos el riesgo para hacerlo una oportunidad:
-Excelente señor ladrón, asálteme, róbeme pero si me ha de matar, hágalo sin dejarme paralítico o medio muerto, esto lo veo como una excelente oportunidad para que si me ha de pasar esto que por lo menos aparezca yo en la primera plana de asesinatos. No sabe qué gran oportunidad me da de ser famoso una vez muerto.
En realidad, es una gran oportunidad poder estar en este país en estos momentos, si no pregúntelo a los indígenas, a la condición de muchas mujeres, a los desheredados, a quienes estudian una carrera y no tienen oportunidad de ejercerla con dignidad, a los trabajadores mineros de Cananea, a los campesinos que venden sus tierras para convertirlas en zonas urbanas, a la aplicación de la ley o el reglamento que a usted se le antoje. Todas son adversidades que podrán aprovecharse con inteligencia, claro, nada más que por lo regular en un estado de salvajismo como el del México contemporáneo, no es sólo con ese ingrediente que se puede salir de la miseria y de acceder a las oportunidades de desarrollo, salud, educación y paz.

Es harto conocida la anécdota del narco que enriquece a quienes lo desarrollan e introducen, pero también está la anécdota del padre rico que harto con su hijo inútil para hacer cualquier cosa, lo manda a trabajar; con sus "referencias" paternas a cuestas logra colocarse en puestos con sueldos estratosféricos, que no gustan al padre. Le busca otro trabajo, pero igualmente no puede lograr que el hijito sepa apreciar el valor del trabajo y del dinero pues recibe 90 mil pesos mensuales, así que de nuevo busca otros trabajos que igual son muy bien remunerados (de entre 30 y 70 mil mensuales y harto de no poder aleccionarlo pregunta por un puesto sacrificado a un amigo. Sin embargo éste le dice que no tiene un puesto así, que en realidad todos los trabajos mal pagados de que dispone son para profesionistas, maestros o doctores, gente con experiencia y capacidad de trabajo, por lo que realmente ve difícil encontrarle un trabajo como ese porque el niño no tiene el perfil.
Ese es el país que nos legó Fox y Salinas, Cedillo y por lo que se ve también el actual. En realidad el futuro no es promisorio para un país que por décadas fue (en los 40 y 50 del siglo XX), una promesa de país como al mismo tiempo lo eran Japón y China, entre otros muy pocos. En realidad eso es aprovechar las oportunidades, aprovechar la adversidad para hacerla cada día más hipotética.
La imagen que corona este artículo es parte de las ruinas que dejó la recién iniciada demolición de la Plaza Tapa... es una imagen olvidable de hace casi 30 años, por eso la pongo a la vista porque entre las ruinas del país, de Guadalajara y las que prometen dejar las obras del proyectazo de la Villa Panamericana en la ciudad, parece que seguimos debatiéndonos en el mismo lugar: anquilosados en una ciudad sin remedio.
Y si de ruinas se trata, yo prefiero estas. que son sin duda venerables.

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