Esquizofrenia



De acuerdo a la definición académica a la mano de la enfermedad mental que titula esta entrega, se trata de un "grupo de enfermedades mentales correspondientes a la antigua demencia precoz, que se declaran hacia la pubertad y se caracterizan por una disociación específica de las funciones psíquicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable". Además se dice que el padecimiento, al disociar, provoca una actitud contradictoria en la que se dice y se hace otra cosa. Algo semejante al padecimiento del Doctor Jekyll y Mister Hyde, la novela de Stevenson, en donde éste personaje vive una doble personalidad.
No abundaré en explicaciones científicas de las que carezco, pero creo que los psi a nivel nacional (por si no fuera ya de sobra el local), tienen un enorme trabajo para definir los perfiles psicológicos de muchos personajes de la política y del medio de quienes toman las decisiones que de seguro nos deberían espantar porque, justamente, ¡toman decisiones! Es realmente sorprendente que se diga una cosa y se haga otra, que los presidentes municipales digan que están para acatar la ley y los reglamentos (son sujetos obligados a ello) y en los hechos no los respeten y por el contrario propicien la corrupcion, como el caso de Zapopan, en donde los giros negros no se autorizan en donde no se debe (ellos dicen), pero en los hechos sí lo están autorizando con gran impunidad y engaños: un giro inviable en una zona habitacional es permitido gracias a que los trámites se hacen de manera engañosa, tramposa, ubicándolo en un domicilio diferente pero que en los hechos no existe. O sea, existe pero no existe; o lo que es lo mismo, se permite lo que no se permite y así hasta el inifinto, Kafka en plena realidad.

Una perla fenomenal
Ahora, hoy, el presidente municipal de Guadalajara, Alfonso Petersen, declaró que "Urge frenar el desorden de la ciudad" (a ocho columnas en El Occidental, 30 de mayo 2008); se trata de una perla de enormes dimensiones: el proyecto de la Villa Panamericana, justamente hace lo contrario, es decir, no responde a las palabras de Petersen de que el crecimiento urbano de Guadalajara debe ser el "...resultado de la revisión y sustento de medios técnicos, debidamente ordenados y sujetos a un plan regular..." (La Jornada Jalisco, 30 de mayo 2008). Como en su oportunidad lo hemos señalado, la actuación de Petersen en el tema de la Villa Panamericana es notablemente contrario a la Ley General de Asentamientos Humanos, a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y a los propios Planes Parciales de Desarrollo Urbano de Guadalajara, Jalisco, pero no sólo a éstas, sino además a los principios más elementales de actuación política, de transparencia y de saber escuchar a los ciudadanos que se oponen a que se repita una intervención urbana de grandes y graves consecuencias para la ciudad y que se semeja a la hecha ¡hace 30 años! en lo que hoy conocemos como Plaza Tapatía, a la cual en u tiempo se opusieron, entre muchos otros miles, el propio vocal ejecutivo de la COPLAUR Juan Palomar Verea. El tema es candente. Está rodeado por irregularidades de concurso, de denuncias, de sorpresas y engaños y sobre todo, está hecho el proyecto general conocido, en la más absurda contradicción a lo que el propio ayuntamiento pregona en un folletín desplegable en donde habla de la Estrategia de Desarrollo 2007-2009 que a la letra dice:
De acuerdo con el diagnóstico y la opinión ciudadana, nuestra ciudad enfrenta cuatro grandes retos:
1. Garantizar el orden y respeto a la legalidad.
2. Alcanzar un desarrollo urbano equilibrado orientado a mejorar la movilidad y la calidad del entorno.
3. Fortalecer la seguridad, cohesión y la convivencia en el espacio público.
4. Atraer inversiones, visitantes y eventos de primer nivel a la ciudad, que se traduzcan en oportunidades de desarrollo para sus habitantes.
(...) Queremos una ciudad con un entorno digno, que se refleje en las áreas verdes, la limpieza del espacio público y el cuidado del patrimonio... (...) Una ciudad ordenada. Un gobierno que funciona bien se nota en la ciudad; en el orden, limpieza y cuidado de los bienes públicos; en el cumplimiento de las leyes; en el desarrollo urbano y en la participación ciudadana organizada en torno a los asuntos de interés público.
A fin de cuentas, la realidad es otra distinta, al menos lo es si descubrimos los planes que sin ningún límite en su ejecución y sin atender a las opiniones ciudadanas, está impulsando el gobierno municipal de la sedicente segunda ciudad mexicana. Definitivo, tanto Kafka como el relato de Stevenson, son aplicables a la realidad local en abierta referencia a la forma de manejarse frente a la sociedad. Y las imágenes que mostramos (la primera de la edición de Scholastic y la segunda de Express Publishing), perfectamente se aplican al rostro de la ciudad de Guadalajara, escindido por la Calzada Independencia que divide el rostro antes bello de la ciudad en dos que, me da miedo y temo, se parecen una a la otra cada vez más; por supuesto, a la más fea y espantosa.

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