La "Perla" manchada

Imágenes

Algunas imágenes de la ciudad son elocuentes por sí mismas. Ninguna palabra debe mediar para hacer ver en lo que se convirtió Guadalajara una vez que unos personajes siniestros la tomaron como víctima de su escandalosa orgía de vísceras y sangre (¡perdón por el emotivo exceso, el mío, claro!). Entre Díaz Morales y González Gallo le propinaron una verdadera de perro bailarín. Desde luego que no estaban solitos... muchos medraron con el desmantelamiento feroz que hicieron a la fisonomía urbana, y eso, no lo digo yo. Por favor, véanlo ustedes mismos. Aquí (a la izquierda en foto de 1870), una muestra del conjunto de Santo Tomás, antiguo convento e iglesia, luego modificado para ser sede del Congreso de Jalisco en 1827, luego su claustro transformado en la Escuela de Jurisprudencia de la Universidad de Guadalajara y, (foto de la derecha) luego del bombardeo de la II Guerra Mundial que hubo después que Díaz (Morales) visitó Europa, e inspirado, reprodujo aquellos escenarios de posguerra aquí, el resultado de la hoy vapuleada urbe metropolitana de la "Perla" de Jalisco. No tengo tan mala voluntad. En todo caso no es mía.

Notas lúdicas

Mientras el alcalde de la Perla se la pasa supervisando obras maravillosas, que de seguro trascenderán para la memoria de las calamidades urbananas de esta ciudad carente de planificadores o de funcionarios decentes, las zonas "rehabilitadas" son invadidas por los autos, las banquetas siguen en mal estado a pesar de que

 algunas mejoras se han iniciado en la zona central, y ni hablemos de los pavimentos de Guadalajara: están llenos de baches al grado que no es posible circular sin ir bandeando todos los que aparecen en el camino para no dañar los neumáticos. Y luego me doy un respiro romántico con Angelina para envidia de muchos de mis amigos que suelen visitar este sitio; romántico por obvias razones: la escalinata de acceso al Capitolio o Campidoglio, con la compañía más grata. ¡Envidiosos!