Códigos maliciosos


El código urbano "del Estado de Jalisco", es una incorporación de modificaciones a la ley de desarrollo urbano que permite (!) limitar el acceso y la participación de los ciudadanos en los planes de desarrollo urbano y en la toma de decisiones de lo que se hace en la ciudad: usos del suelo, densidades, control ambiental, estudios necesarios de manifestaciones de impactos urbanos o naturales, control de alturas, control de calidad de las obras urbanas, limitaciones a la especulación... etc. Sorprende que este documento exista. En cualquier otra sociedad regularmente preparada y educada, eso sería imposible.
El señor Ludger Kellner (de la organización Parlamento de Colonias), alemán, gente acostumbrada a otras realidades, el señor Kellner, que sueña que es posible la civilización en la ciudad de entes medievales (nada indígena aquí, claro, por eso no es despótico tributario el tema), se atreve a decirnos la verdad y los burócratas urbanos lo ignoran. Y no sólo es Kellner, somos muchos más que creemos como él que las cosas de la ciudad no pueden ser manejadas por burócratas asociados con los empresarios y los desarrolladores, con los dueños de la tierra y con los que piensan que somos changos (¿de verdad no lo somos, queridos tapatíos?), para hacer con los ciudadanos lo que se les dé la gana. Nos manejan, ¿se dan cuenta? No, ya sé que no lo saben.
Entristece ver cómo un extranjero se dé cuenta de cómo nosotros gustamos hacernos los occisos: los gobernantes nos engañan sabiendo con certeza lo estúpidos que somos al no limitar y poner un alto, o dictarles pautas para hacer lo que deben de hacer porque nos deben obediencia. No nos deben de engañar con cosas como las de los sueldos, la omisión a la ley... a tantas cosas. 
Todo esto viene a colación por el tema del código urbano que los "diputados" (incalificables sedicentes ciudadanos, incluidos todos sin reserva alguna, qué lamentable, Iván Agüelles, Carlos Orozco, ¿comen en el mismo plato?), nos propinan sin recato alguno. Sé que ellos tendrán su marca, su desprestigio, pero van a salir libres al final: nadie les reclamará nada. Y el código urbano de pacotilla, documento contra la ciudadanía, se pondrá en marcha para beneplácito de los tiburones que nos rodean. Una pena, amigos pero esto va, ni modo: ¡VA!
EL cinismo se ha apoderado de las clases gobernantes. Su arrogancia y su proceder absurdo no puede ser calificado aquí porque es un blog decente, claro. Mientras tanto, nos ponermos a la orden de quienes quieran adiciones y apoyos en contra de esa ley... me temo que es muuuuy tarde. En fin, estamos en esto de la ficción como realidad en México y en Guadalajara. Felicidades a todos los que votaron por el PAN, el PRI y el PRD, ¿verdad Carlitos?

Como dicen mis amigos: soy un defensor de las causas perdidas. Pero no tengo remedio y eso será parte de mí cuando me vaya de este mundo. De todos modos, no podemos dejar de admirarnos de la paciencia tapatía. No es posible dejar de pensar en toda la gente que padece la arrogancia de los tiburones por la contaminación, por la indecencia de gobernantes, por los atropellos que cometen y nosotros pagamos el pato!!!! Por fin se acabará el año 2008... ¿servirá de algo?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pues estimado arquitecto, al fin llego, aprobadisimo (directisimo)el plan "vertical" de la zona centro, eso si, sin rebasar los 65 metros de altura de las torres de la Catedral, para garantizar el valor histórico de la zona, segun Petersen Huxley en su mundo feliz.
Ves? son muy cuidadosos, no veo por que te preocupas, estamos en buenas manos.
Por cierto, podriamos platicar sobre la casa de vallarta?, cafe de por medio si te parece, el dia que me indiques.
Saludos
Sandra

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