Congresos y Ferias

Reunidos en Guadalajara, los arquitectos del INAH llevaron a cabo su 8° Congreso Nacional de la delegación sindical que tiene muchas aristas y muchas aportaciones al trabajo de conservación y protección del patrimonio urbano arquitectónico de México.
Es relevante el hecho porque en esta ocasión se establecieron prinicipios generales para definir los aspectos legales de la dictaminación sobre el patrimonio y las responsabilidades que hay en cuanto a la situación legal de la protección de los edificios y las
 zonas de monumentos y conjuntos de monumentos que tiene (todavía), nuestro país. Sin
 embargo quedan muchas cosas por hacer antes que pueda cumplirse cabalmente con esa responsabilidad; una de ellas, es la voluntad de trabajo de las autoridades del INAH para facilitar ese trabajo, ya que en múltiples ocasiones se ha observado cómo se resuelve la protección de manera discrecional por parte de quienes deberían hacer un pacto ético con la conservación y no ser ni omisos, ni arreglar en forma perversa, atendiendo a sus particulares intereses o a los de los dueños de las decisiones, la conservación del patrimonio cultural. Otra es el compromiso asumido por los profesionales que trabajamos en ello, por la defensa sin cortapisa de lo que está a nuestro cuidado.
Se exhibieron algunas de las fallas y de los casos lamentables que bien podrían evitarse.
 Entre ellos, el exito que tuvo la participación del centro INAH de Veracruz para detener el despropósito de hacer un estacionamiento en el histórico Parque Zamora en el Puerto, a pesar de que la autoridad del INAH actuó de forma muy sesgada en el tema, no así los arquitectos que en ese centro defendieron el Parque. En ello tuvo un papel relevante la ciudadanía, que movilizada logró detener el absurdo. Sin embargo, en Guadalajara la construcción de la Villa Panamericana en torno al Parque Morelos parece no tener la misma fortuna. Ni la presa del Zapotillo ni la de Acedaño... ni muchas cosas en el tintero que esperamos se resuelvan conforme al derecho, a las leyes y los reglamentos. ¿Es mucho soñar? De igual forma esperamos que los
arquitectos podamos cumplir con una actitud responsable y firme con esa tarea en la que estamos definitivamente, comprometidos.
El episodio final del Congreso en la ex hacienda de El Carmen en Ahualulco, atendida con excelencia por Mónica Baeza, fue sin duda el broche de oro con la atmósfera y la comida de primera en ese magnífico lugar patrimonial de Jalisco.

Y justo el 8° Congreso concluye coincidiendo con el inicio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, una especie de feliz coincidencia que permitió pasar de la fiesta de la conservación, a la de los libros. Justo el primer día de la FIL, se presentó el libro de un arquitecto del INAH que se ha ocupado de los estudios urbanos y arquitectónicos necesarios para respaldar la conservación, Jaime Abundis Canales, con u trabajo denominado La huella carmelita en San Ángel, editado por el INAH. Y, claro, el fin de año se pone un tanto frío y amable para hacer de estos días una temporada llena de calor de lecturas. 
País invitado de honor este año en la Fil es Italia, país con el que guardo un amor irrenunciable y de admiración por cuanto toca a su cultura y su desarrollo en materia de conservación del patrimonio y la restauración. También de agradecimiento porque por algún tiempo fui becario de Ministero degli Affari Esteri. Mi pasión italiana se verá gratamente confortada por la presencia local que tendrá por muchos días, sobre todo porque es poco realmente lo que el país de la bota federica, stivale, tiene de presencia en Guadalajara. Me sorprendió la inteligencia callejera de unos burócratas italianos que al pasar y ser preguntados en su idioma, de dónde eran, simplemente dijeron que eran italianos... tal vez los confundí con argentinos que hablaban italiano. De todo hay en el mundo, como en México, como en Italia.

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