Italia Celentana

El chavo de la Calle Gluck

Eran los años 60 y Adriano Celentano llegaba con su música a México. La globalización no existía aún, pero ese compositor y cantante italiano iba más allá de las fronteras de Italia y nos hacía imaginar cómo era de parecido nuestro y su país: la urbanización desaforada, el destrozo de la naturaleza, la pérdida del paraíso... de Durango al DF, de una casa rural a Milán... semejanzas al fin y al cabo. 
Adriano Celentano se popularizó acá con la canción Ragazzo della Via Gluck que finalmente es autobigráfica porque es lo que le pasa a un muchacho que va a vivir a la ciudad y sabe de la pérdida de todo aquello que la ciudad no ofrece. El drama de las sociedades rurales que se convierten en urbanas en forma poco amable, poco equilibrada. Pasó en Italia, pasó en México. 
Ahora sorprende que con la presencia de Italia en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, no se haya hecho en materia de música un acontecimiento en verdad grande por la usencia de Celentano. ¿No hubiera sido realmente grande que él estuviera aquí? 
Bueno, no todo puede ser perfecto. El programa musical de la FIL parece estar muy pobre en cuanto a los músicos italianos, aparte de Premiata Forneria Marconi, el resto no parece pintar y eso se debe tal vez a la poca imaginación de quienes armaron el programa. Ya será en otra ocasión, pero podría haber sido realmente una maravilla a la que no nos acostumbramos aquí, en esta pobre ciudad-ela.
Hoy aparece en La Repubblica una entrevista interesante de Celentano con motivo de su nuevo trabajo Sognando Chernobyl, una crítica al problema ambiental que sufre el mundo. Por eso mismo resulta interesante relacionar el primer trabajo que conocí de Adriano y éste: ambos tienen un espíritu premonitorio de lo que viene y, en el caso presente, no augura nada bueno, sobre todo tratándose del calentamiento global y los problemas ambientales que sin duda habrán de unir de nuevo a México y a Italia en algo más, en el drama ambiental del que pocos se ocupan.
Del Ragazzo a Chernobyl, una historia qué contar y reflexionar.

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