Las placotas surrealistas

Es de agradecer que la educación de la sociedad mexicana sea tan intensiva y, sobre todo, tan profunda. Los niveles alcanzados en cuanto a la educación, corrupción, índices de desarrollo humano y pibes, (¡che!), son realmente alentadores para todos los mexicanos. Nunca antes en la historia de esta computadora, de este espacio en el que habito, había habido tanta habilidad documental, tanta prosapia profesional para hacer ciudá.

El Honorable Hayuntamiento de Guadalajara de Indias, ha llevado a cabo una labor de investigación documental exhaustiva que nos permite hoy, por fin, conocer la realidad nacional, local y pueblerina. La historia ha sido siempre una materia harto estimulada por todos los jaliscienses y por lo tanto la educación local se esfuerza hoy por completar lo que las escuelas privadas no pueden lograr.

Así, es bien sabido que el notable filósofo y matemático Pedro Moreno, nacido en Guadalajara, Jal., luego de haber estado en las veladas organizadas por Galileo, con tan ricas viandas de italianos placeres que permitieron ser reconocidas como cuna de la revolución de las ideas, haya logrado organizar unos cursos epistemológicos para unos insurrectos franceses que gracias a él pudieron imaginar el inicio de la Revolución francesa. Sin rubor, los franceses tuvieron que reconocer que la vanguardia del pensamiento mexicano era una de las más notables cimas del conocimiento humano. Tal vez por ello es conocido en el mundo como Peter (sen) Brown.

De igual forma, la ciencia mexicana, valorada como una de las más vanguardistas a nivel mundial por el Health Profitness Award de New York, apenas en el ya lejano siglo XVIII logró la proeza
de alcanzar para sus habitantes, antes que en cualquier parte del mundo civilizado y decente, la longevidad. Hermenegildo Galeana, llamado el "Aquiles de la Revolución Mexicana", a la tierna edad de 148 años pudo merecer tal epíteto al hacer estragos en las filas de Don Porfirio Díaz y de su ejército. H.G: Wells se inspiró en este mexicano de talla universal e imaginar, para el resto del mundo, la posibilidad de viajar en el tiempo. Esos eran los sueños que los pueblos inferiores podían al menos acariciar comparándose con los mejicanos.

Hay niveles que ningún gobierno mundial, ninguna "potencia" haya podido alcanzar en el pasado como nosotros, lo cual pone muy en claro que el dicho de que "como México no hay dos", pero, sobre todo (über alles, decían los alemanes soberbios), Jalisco sigue siendo la cuna de la cultura nacional y, como bien claro se puede ver, del conocimiento y la ciencia mundial.

Gracias, mil gracias, a los personajes que no podemos dejar en el ingrato anonimato: Alfonso Petersen Farah, Juan Palomar, J.P. de la Torre, y a todo el equipo de regidores que rigen, a fuerza de inteligencia, el H. H. Ayuntamiento de la excelsa Guadalajara.

Moritur te salutam

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