Temacapulín visto por todo el mundo

Es muy sabido el gran revuelo que ha causado el proyecto poco comedido y mentiroso ("si la mitad más uno de los habitantes de Temaca se opone a la presa, se suspende", Emilio dixit), de construir la presa de El Zapotillo, elevando su cota hasta inundar y hacer desaparecer los poblados de Temacapulín, Acacico y Palmarejo. Sus habitantes, descobijados por el gobierno de Jalisco que ellos eligieron y que de todos modos debe velar por los intereses de los jaliscienses, han tenido que ser cobijados o por lo menos apoyados por organizaciones ciudadanas hartas de ver cómo el estado de derecho en este país es burlado por los gobernantes primitivos que tenemos que padecer.

¿Por qué no se debe construir esa presa? Porque sus daños colaterales son más que los beneficios que acarrea. Porque como tecnología para resolver problemas del agua está agotada y no tiene futuro sustentable. Y sobre todo, no menos importante, porque sus habitantes no quieren perder su pueblo lleno de tradiciones, historia y cultura. ¿No es esto suficiente?

Otro ámbito que de construirse esa presa se verá muy afectado, es el del patrimonio cultural histórico. El poblado posee un buen número de monumentos históricos protegidos por la Ley Federal y, aún más, es un sitio de monumentos por su antigüedad y por su carácter representativo de la vida tradicional de la región agrícola y ganadera de los Altos. Su pérdida, en caso de fraguarse este desatino gubernamental, sería empobrecer el patrimonio de Jalisco y de México.

|El próximo jueves 28 de octubre se presentará un libro La resistencia en los Altos en contra de la presa El Zapotillo, que se llevará a cabo con la presencia de Martín Almádez, Roberto Castelán, Beatriz Espinoza Íñiguez, Juan Pablo Soler, Miguel Ángel Casillas y un servidor, todos moderados por Jade Ramírez Cuevas. La presentación será en la calle López Cotilla 1008, colonia Arcos Vallarta en Guadalajara, sede del café La Selva. Allá nos vemos.

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