La arquitectura, castigada

Giotto, fresco en la Iglesia Superior de Asís. Cuando el arte estaba con la Iglesia.

En primer lugar, nada de linchamientos. Me he prometido que eso de andar con violencia por ahí así nada más como así no es bueno, menos en este blog (la sangre que observa usted en pantalla es por cortesía del rastro municipal). Por eso voy a rectificar mi camino torcido, mi vida pendenciera y llena de violencia. Este blog se promete no linchar a nadie nunca; lo que también se promete es no dejar de ser crítico o cuestionar porque la verdad es que debe haber algo en la naturaleza del que escribe que le impide cerrar el ocico, como algunos le han sugerido. Es la misma naturaleza del pederasta: con nada se detiene el instinto delictivo y las víctimas, niños y niñas, se acumulan cristianamente con los años. La diferencia es notoria en el caso de uno y otro, sólo que el último daña físicamente, psicológicamente y el primero sólo ejerce un derecho humano. Por esa razón prometemos ser críticos pero sin linchar a nadie, no se preocupen, de eso no se trata aquí, cada quien su boca.

La "inteligentzia"
El rector de la U de G, el señor Briseño, parece treparse al tema de lo que, ya ha confesado, es su religión, hecho que le resta autoridad para hablar sobre el tema. Sin embargo, abriendo boca, dice que se está haciendo una tormenta en un vaso de agua con el repudio al megadonativo del gober piadoso al Santuario de los Mártires. ¿Será una tormenta en un vaso de agua o más bien no quiere que se mueva el agua de la auditoría? Está por verse. Se habla de discordia, cuando la discordia surge por iniciativa del góber donante quien sin mediar rubor alguno, toma el dinero de los contribuyentes para darlo como limosna: ¿que nada más él va a salvar su alma? Entonces, ¿es verdad eso de que las tontas (y tontos contribuyentes) no van al cielo? ¡No sean gachos, también los contribuyentes merecen el cielo! Y el señor rector de la U hace su aparición a partir de esos supuestos que ven en el desacuerdo de cien o mil personas (bastaría uno solo), un problema que no debe ventilarse, según Briseño, para evitar hacer tormenta en vaso de agua... bendita. ¡Ah, esa amada alma mater...!

A manifestarse contra los detractores
No quiero parecer jacobino, don Sandoval, pero no tengo otro remedio. Mire nada más que haberme metido en este ajo por ese afán tan estúpido de mi parte de andar pensando... Lo que pasa es que la manzana del conocimiento me la dio Eva, Evita... y no se me ha podido cerrar el cerebro de nuevo, algo que de parte suya sería deseable con toda razón, porque eso de andar pensando en que los impuestos que pagamos se vayan a su templo, la verdad es que es realmente malo, malo , malo. Lo más sano sería que todos lo seres humanos (no hace ninguna diferencia con los no católicos o los devotos de otras religiones), dejáramos de pensar. El chiste sería favorecer al Espíritu Santo sin importar nada más. El señor cavernal hace sus propias consideraciones desde la facción a la que pertenece: quienes no piensan como yo, son el diablo. A esas declaraciones se les llama signos de decadencia.

La arquitectura
El proyecto conocido del Santuario de los Mártires, merece un análisis amplio y serio en lo que a su arquitectura, concepto ideológico y propuesta formal se refiere. Desde luego que este intento será algo inacabado por ahora, pero iniciaré su revisión a partir de los que los datos de la realidad aportan. En primer lugar, a contrapelo de lo que afirmamos arriba, el Santuario poco merecería la pena abordarlo debido a que en él se hace evidente una carencia de principios estéticos elementales desde que se le ve por primera vez. Y no merecería la pena su análisis si no fuera porque ahora, justo por esas razones, se le está dotando de recursos económicos producto de la recaudación de impuestos en un país cuya historia y leyes, han reclamado y han definido su destino desde la perspectiva laica (favor no confundirse con Laika, la perrita espacial rusa), y todo lo hecho hasta ahora en México no tendría sentido sin esa historia en la que se da cuenta de la participación de la Iglesia, su actuación y cómo fue el nacimiento del Estado Moderno, cómo ha sido y en qué ha venido conviertiéndose en nuestros días. Se trata de un proyecto que nace en la necesidad del clero de resaltar la memoria de los cristeros y su historia: un proceso que deberá analizarse antes de emprender cualquier explicación sobre el tema. El papa santificó a los mártires cristeros (no a todas las víctimas de esa guerra, que sería lo justo), y con ello dio paso a la mejor comercialización de las imágenes de los santos modernos: los cristeros que hicieron historia en el proceso de nacimiento del México moderno por oponerse al orden laico del estado que se gestaba a principios del siglo XX luego de la Revolución. El concepto en sí mismo es un tanto insano, si suponemos que el hecho de colocar un monumento a unos personajes victimados no sólo por el Estado naciente, sino también por la propia Iglesia, (échenle ojo al trabajo de Lorenzo Meyer), pero no menos importante para la jerarquía católica: poner en evidencia las injusticias que contra ella se cometieron en un México convulso. Sin preguntarnos por qué no abandonar toda posible venganza o cualquier intento de revivir los hechos lamentables, el clero mexicano trae nuevamente el recuerdo de un momento triste y sangriento, tratando de mantenerlo en vigor como si acabara de ocurrir hoy, y no hace ya ochenta años.
En tanto que el proyecto tiene algunos años en proceso y su gestión es ya ampliamente conocida por los medios y diversos actores, es necesario recurrir a la información existente. El concepto inicial, los arquitectos convocados y los favorecidos por el proyecto. Por último trataremos de poner en escena el proyecto arquitectónico con todas sus referencias simbólicas y sus significados legibles. Esperamos nos acompañen.

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