Beatniks, hippies and other things


Jack Kerouac ha ocupado muchas páginas de la literatura, pero también se ha convertido en un personaje de culto: a la aventura urbana, a la bohemia y a los movimientos beat de los años 50 y que continuó en los 60. Kerouac tiene además el mérito, para nosotros, de haber estado en México algún tiempo, igual que otros de su generación que por entonces vislumbraban la magia que no deja de tener (aún y a pesar de los tiempos de las manoslimpias y la buenas conciencias) nuestro país, pero que entonces prometía mucho; entonces vinieron por ejemplo William Burroughs (Naked lunch), Allen Ginsberg (Howl), Neal Cassady (First thirth) y muchos más que buscaron en estas tierras inspiraciones, algunas malogradas, otras no; vinieron, como decía hace algunas entregas, otras estrellas como Bill Halley (Cometas incluidos), y muchos más que dejaron una huella, a su vez secuencia del rastro de otra huella, como la de DH Lawrence o del autor de Under the volcano
Pero Kerouac me simpatiza sobre todo porque esribió una novelita simple pero curtida, Tristessa, escrita también en México, en el DF, la cual entraña pasajes y escenarios muy
intensos porque se relaciona con puntos precisos de la geografía que es posible seguir hoy día con alguna fidelidad. Con la lectura a cuestas, y un juicio laboral en proceso, las horas que me quedaban de las estancias nada obligadas, pero con muchos tiempos muertos que no dejaba que lo fueran tanto, me puse a recorrer las calles de la ciudad que habían sido escenarios de la novela de Kerouac. Justo en la colonia Roma, hay un trayecto preciso que hacía Jack, por la calle de  Orizaba y por ella me fui hasta dar con el número 210 en donde vivía él y Bull (Cassady) y mi  sorpresa fue grande al descubrir que estaba en proceso de demolición. Sin cámara a mano, pero con mi libreta de notas a cuestas y un buen lapicero Pilot, dibujé rápidamente lo que aún quedaba de aquel edificio de departamentos que ahora muestro y que el lector curioso podrá encontrar en el sitio de fotos de Panoramio. 
 Justo ayer apareció una nota en La Jornada sobre Kerouac, lo cual me hizo acudir a mis notas y a los libros del autor, obtenidos en San Francisco, nada menos que en City Lights Bookstore, la meca de los libros de esos autores y escenario de sus muchas correrías editoriales, que convierten a ese pequeño espacio en otro sitio como el que pudiera haber sido, si se hubiera conservado, la casa de Orizaba 210, hoy desaparecida seguramente. Desde aquel día no he querido regresar al lugar porque no quiero ni imaginar los esperpentos que seguramente la indolencia arquitectónica y el progreso de la ciudad habrán causado a un sitio sagrado, pero desaparecido. 
 Por lo demás, Kerouac no desaparecerá nunca, así que no deja de ser una especie de lamento el recordarlo en el Defectuoso y en la colonia Roma, y no menos necesario referirnos a su obra. El libro de Poemas rasgados, Scattered Poems, que aquí aparece fue publicado por City Lights Bookstore de San Francisco, y corresponde a la serie Pocket Poet Series #28. La foto de la portada es de Jack Kerouac por William S. Burroughs, tomada en Tangier, 1957, lo cual nos recuerda que justo tiene medio siglo de existir. Ya entrados en gastos, no podemos sustraernos a la tentación de reproducir uno de los poemas, justo el dedicado a Allen Ginsberg (p. 57)


TO ALLEN GINSBERG
Usta smear ma lips with whiskey
   Fred and open up the doors 
   to make a jocke - while 
      women waited 
      and Bert Lahr waited
      playing what he wanted
      like Duke Ellington

used to sit staring at Seymour
who implied to me the swing
of the music by his
    low crash
    high adibin
            shoulders,
         Pap,
   and what how who?

THOTHATNAPE

    Compose Vehicle
        Special
        Banana
           Nine


1959.

No puedo dejar de lado, tampoco, y por razones de total contemporaneidad, actualidad y contundente realidad, el poema de Ginsberg, contenido en su Howl, Aullido, publicado también por la City Lights, el poema America, del que sólo transcribo una pequeña parte 

America I've given you all and now I'm nothing.
America two dollars and twentyseven cents January
           17, 1956.
I can't stand my own mind. 
America when will we end the human war?
Go fuck yourself with your atom bomb.
I don't feel good don't bother me. 
I won't write my poem till I'm in my right mind.
America when will you be angelic?
When will you take off your clothes?
When will you look at yourself through the grave?...

Los poetas siempre tienen visiones de lo que no podemos ver ahora. Que veremos algún dia o que tal vez sólo imaginemos despiertos.





Comentarios

Entradas populares de este blog

Retrato de Finnegan

30 años de la Plaza tapatía

¿Virote o birote?