Los temerarios panamericanos

Parece que siempre sí se arreglaron los directivos de la ODEPA, Organización Deportiva Panamericana, presidida por Mario Vázquez Raña (personaje que casi no tiene intereses diferentes a los deportivos, de seguro), con las autoridades poco imaginativas de Guadalajara: aceptan que la famosa, por conflictiva, Villa Panamericana 2011, se instale en la zona del Parque Morelos, antigua Alameda, en las goteras de la antigua ciudad del siglo XIX, es decir, en el Centro Histórico de la ciudad.
Cuando las decisiones se toman al margen de la realidad (y de la sociedad), los resultados son desastrosos como se ha visto ya en la triste historia urbana de Guadalajara en los últimos 60 años. Un ejemplo de los resultados desastrosos: la Plaza Tapatía inciada en 1979, una herida que aún no cicatriza y los empeños por imitarla parecen explicar el espíritu tercermundista de esta ciudad. El proyecto de la Villa se parece al de los años 70 por una simple razón: el llamado urban renewal fue una teoría de los años 60 en el urbanismo contemporáneo que demostró con el paso del tiempo en sociedades que aprenden de sus errores, que dichas operaciones en los centros históricos resultan de una pobreza social y urbana tales, que se recomendó su abandono y por lo tanto se proscribieron para ciudades cuyas características urbanas y sociales se vieran impacatadas de manera que produjeran la disfuncionalidad que dichas operaciones provocaron en los ejemplos conocidos de zonas urbanas con una fuerte presencia histórico patrimonial.
Sorprende que quienes en su momento mostraron (o aún muestran, si es que no han cambiado de cerebro) su desacuerdo con la Plaza Tapatía, se sumen a las voces que apoyan el proyecto en el lugar más inoportuno. Es una lástima que los intereses de esas personas se inclinen por los del dinero y no por mejorar la ciudad.
Dice el presidente municipal de Guadalajara que el proyecto de la Villa está "en un lugar que deberá aportar a la ciudad un desarrollo inmobiliario que permitirá poder rehabilitar y revitalizar el Centro Histórico... (será) un proyecto importante de rehabilitación del Centro Histórico" (La Jornada Jalisco, octubre 30 de 2007, p. 12) Lo subraya, y reitera, porque seguramente en el fondo hay un asunto oculto: la especulación del suelo, los negocios jugosos para unos cuantos, entre otros innimaginables... o posibles ¿Quién puede sostener que ese tipo de proyectos de desarrollo inmobiliario permitan rehabilitar el centro histórico de cualquier ciudad? Es absurdo pensar que construyendo las villas en ese lugar se pueda mejorar el centro histórico de Guadalajara, porque en el ejemplo de la Plaza Tapatía los resultado han sido más bien lo contrario. ¿Alguien puede mostrar algún beneficio urbano?
Suponer que llevar a cabo un proyecto de ese tipo beneficie al centro histórico es como creer que haciendo modernos hoteles y muchos carteles promocionales se beneficie al turismo cultural.
Una anécdota holandesa reciente: unas damas de ese país querían viajar a Guadalajara, Jalisco, y en la oficina de turismo les recomendaron que mejor fueran a otras ciudades de México porque esta ciudad no ofrece nada realmente interesante. ¿Habrá futuro para el centro histórico de Guadalajara afanada en captar turismo? Sólo en la mente del presidente Petersen.
Los resultados de la irresponsabilidad urbana los seguirán viendo los hijos de esta ciudad por décadas, hasta que algo estalle, hasta que algo cambie realmente. ¿Dónde están los profesionales del desarrollo urbano?

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