¿Quiénes son los verdaderos mártires?

El cuento no es de hadas
Sensasional, genial, único, nunca antes visto. El grado de ignorancia e incapacidad del gobierno de Jalisco en materia de leyes, de vida republicana, de coeficiente intelectual, de conocimientos básicos de la historia de este país, ya no de la REALIDAD que viven los países civilizados desde el siglo XVIII (si, ¡hace más de dos siglos!), que sería mucho pedir. Y ahora ustedes se preguntarán ¿cuál es el punto de asombro? Se los cuento. Pues nada menos que el mismo que equivale a decir que me gasto un dinero que no es mío en cosas que a mí me interesan, no en lo que necesitan quienes me lo dan. Peor aún: me lo gasto en lo que los otros ni siquiera querrían pagar. Aquella historia del niño Pepito que lo mandan a la tienda y se gasta la lana en mil pendejadas que le interesan, menos en lo que le pidieron que trajera.
Eso es lo que ahora el gobierno de Jalisco está decidiendo: cómo gastar los impuestos que pagamos: donar 90 millones de pesos (ya adelantó 30) para la construcción del santuario de los mártires, que se llama un mamotreto espantoso localizado en el cerro del Tesoro al sur de la ciudad. Mamotreto auténtico porque refleja el nivel de calidad al que ha llegado la Iglesia, esa que tanto pudo legar al patriomonio cultural del mundo hasta hace poco más de un siglo, pero que hoy sólo lega mierda, basura disfrazada de obras de arte, calificadas por el muy ilustrado (a las pruebas...) gobernador González Márquez de la siguiente manera:

-Sería de lamentar que nuestra época en lo que se refiere a monumentos, viviera sólo del pasado, usufructuando el rico patrimonio indígena precolombiano o el del tiempo de la Colonia, y no aportara nada nuevo y propio para acrecentar este rico legado. Pero no, no es así, también ahora y aquí en Guadalajara se están realizando o están en proyecto obras arquitectónicas de gran importancia y que son necesarias para las diversas actividades deportivas, culturales y educativas que requiere la ciudad... como el Santuario de los Mártires.

Pues sí, véanlo ustedes y juzguen lo que es. Si hay opinión de que se trata de algo realmente importante en materia del arte o de la arquitectura, mejor me lo dicen para saberlo. Una cabeza que emerge del inframundo con casco de Dart Vader o algo aún más espeluznante, una capucha de la Muerte que surge de las entrañas del cerro del Tesoro con una lanza. Hágnase a un lado que aquí les voy, parece decir la obra sesuda del creador más ad hoc para las buenas conciencias locales, José Manuel Gómez Vázquez. No tiene límites la creación, no puede tener límites la inspiración que lleva a producir esta obra de grandes vuelos para enmarcar a la ciudad y asignarle un lugar honroso en la historia del arte mundial. Eso al menos parece querer decir (y demostrar) el gobernador González al afirmar que no podemos conformarnos con usufructuar (en general debiera decir demoler, porque esa es la práctica común en Guadalajara) el rico patrimonio que tenemos, sino acrecentarlo. (El está seguro que en su siguiente vida va a ser inteligente y será crítico de arte).

El Santuario y la Villa Panamericana
No es posible imaginar el límite del cinismo local en materia de manejo de los recursos. Lo que sigue es que los señores de los otros cultos religiosos demanden trato igual para lograr sus propósitos, entre ellos los presbiterianos que sin duda necesitan una buena mano para arreglar su iglesia en el centro de la ciudad, monumento histórico, junto a la Plaza Reforma (¿Plaza de qué?).


Ya sabemos que todo este desorden lo tenemos porque queremos y porque aguantamos. Por ahora parece que no existe ninguna oraganización social local o estatal que pueda dar cabida a un llamado a la cordura o a la sensibilidad de los gobernantes en curso. Porque el mensaje que lanza González es claro:
"se están realizando o están en proyecto obras arquitectónicas de gran importancia y que son necesarias para las diversas actividades deportivas, culturales y educativas que requiere la ciudad" léase la casi imparable villa panamericana. Así que no conformes con la dotación de recursos públicos a iglesias, con palmario desconocimiento de lo que significa cuidar el centro de la ciudad, ése que presume como patrimonio que se usufructúa, parece que da su visto bueno para la reedición siglo XXI de la Plaza Tapatía (seguramente otro de los legados patrimoniales en el catálogo relevante de González), la Villa Panamericana, uno de los desastres anunciados más grandes del siglo en la descuidada ciudad de Guadalajara.

Un aspecto interesante y no menos irónico, es que esta obra, que se burla del espíritu ciudadano, estará en lo alto del cerro para regar toda su belleza en los alrededores, haciendo gala del espléndido arte religioso del siglo XXI, o sea, que luciremos orgullosos el sentido provinciano que caracteriza a esta noble ciudad.
En apariencia, con la consabida desvergüenza tan característica de los gobiernos actuales, no es posible pensar en corregir el rumbo. Las cosas se vienen perfilando con una ausencia de carácter que define con precisión a la ciudad. Una ciudad que es rehén del pensamiento más conservador o de los intereses más personales, no puede legar un patrimonio auténtico. Sin embargo, esta actitud no se refleja ni siquiera en el pasado urbano arquitectónico de Guadalajara: en el pasado, y hablamos de 1900 para atrás (perdón por el corte), las formas de gobernar y las maneras de hacer ciudad eran diferentes y sin duda de grandes aportes como bien se ve en el patrimonio de esas etapas históricas y lo muestran claramente los monumentos que han logrado sobrevivir a la calamidad urbana posterior.
Por lo pronto este magnánimo ser que dota de limosnas millonarias, como lo hacen los narcos, a la madre iglesia, parece que saldrá impune y el donativo, al que yo personalmente me opongo porque no soy creyente, no será regresado y seguiremos como país bananero, como país hazmereir de todo el mundo. Ya lo dijo el cavernal Sandoval: "otros podrán criticar esta ayuda que el gobierno de Jalisco ofrece"... porque "los gobiernos han invertido en conservar y restaurar monumentos nacionales de gran valor histórico y artístico entre los cuales se encuentran muchos edificios de carácter religioso" (La Jornada Jalisco, 25 de marzo de 2008). Ya lo dijo, otros monumentos de gran valor artístico e histórico, ¿como el mamotreto de los mártires? ¡No se mide!

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