Rien de grave

Si tan sólo el humor en su infinita grandeza pudiera salir a retozar por las calles y carreteras subsidiadas de este país, el mundo sería diferente. O por lo menos más divertido que los sucesos tan aburridos que nos propina Calderón y su Mouriño amigo. El tema de la risa es prudente por saludable, la risa alivia, la risa salva. Pero no acá en estas latitudes. La confesión de Mouriño y la del cachondo gobernador de NY, Spitzer (quien me parece que sólo es caliente y eso es todo, pero no es perdonable por la doble moral gringa), dan como resultado situaciones muy distintas, tanto como los países. Aunque uno sueña con ser igual que el otro; pero sólo sueña. En NY hay renuncia; en México nada más hay aceptación de que el destino manifiesto puso en manos del super secretario el perdón y el olvido. Un padre nuestro y actos de contrición gallega. La verdad, no creo que pase nada, así de bajo ha llegado este país con su Tremenda Suprema Corte y la geometría política actual.

En cambio, el tema del humor explota, llega a sus límites superiores cuando un personaje como monsieur Zarko llega a Inglaterra de visita oficial con su flamante esposa, Carla Bruni, super ex top model, ex movida de nuestro adorado Mick Jagger (¡qué buen garrotazo maestro!) y es recibida con todos los honores de la siempre humorística prensa británica. Que si el Príncipe Felipe se agachó a besarle la mano; o la historia de la recámara del Castillo de Winsor (¿se acuerdan, el que se quemó en el año fatídico y que la pobre Reina Isabel pedía apoyo de la sociedad británica para restaurarlo y que le negaron ayuda para ello porque la pobrecita no paga impuestos? Pues ese.), en donde Carla durmió -según le contó el propio Felipe- en la habitación en la que nacieron muchos antepasados reales... La cándida preguntó que si en la misma cama.

Pero de cándida, Carla no tiene nada. Simplemente habrá que ver su posición política e ideológica para poder imaginar lo que vendrá un poco más adelante; o conocer los detalles del primer encuentro con Sarko en donde declaró su deseo de tener a "un hombre con el poder nuclear" (Aida Edemairam escribió en The Guardian http://lifeandhealth.guardian.co.uk/). El caso es que Carlita tiene su corazón un poco más despavilado que el rígido (en apariencia) de su marido; pero sin duda está más inclinada por razones de novios, de aventuras y de declaraciones de izquierda ("soy monógama ocasionalmente, pero prefiero la poligamia y la poliandria"); o al menos eso lo ha hecho ver hasta hace poco, dando su voto por Segoléne Royal, que si bien no es de su gusto, "siempre votaré por la izquierda. Mis padres lo han hecho siempre. Es como una tradición. Nunca votaré por la derecha", dijo Carla. Esas pueden ser las diferencias, además de diez centímetros de estatura y trece años de diferencia con su marido.

¡Esas son noticias! Mientras que lo que ocurre por acá, qué vergüenza, ni siquiera con el sabor latino nuestro se puede sacudir el polvo de esta derecha vergonzosa, tanto la de M Sarkosy, como la de su par en muchos sentidos, tendencias políticas y estatura, el Sr Calderón. En todo caso, la presencia de Carla Bruni au naturel es millones de veces mejor que el melodrama chafa de Mouriño en México.

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